Creadora de tendencias y referente estilístico. Con ella descubrimos los secretos que esconde nuestro cabello y lo importante que es saber entenderlo.
Cuando montó su primera peluquería en Almadén a los 17 años, no pensaba que llegaría tan lejos, pero a pesar de recoger los frutos de un trabajo bien hecho, su búsqueda y curiosidad no descansan, y como bien dice a su equipo. “Esto es como una escalera, vas subiendo peldaños y yo a día de hoy los sigo subiendo”.
Curiosidad y ganas de acción, fueron algunas de las cualidades que la llevaron a buscar su forma de ayudar en casa y a la vez sentirse satisfecha. “La escuela era poco atractiva, algo aburrida a pesar de que yo era muy curiosa me faltaba materia, así que en los veranos empecé a ayudar a mi vecina en su peluquería, y sin saberlo muy bien me di cuenta de que me gustaba. A los 14 años decidí ser peluquera”.
Nos cuenta Ino, quien, a pesar de su impaciencia y esa necesidad de tener las cosas ya, hizo caso a su madre, una mujer especial que marcó su vida. ”Mi madre era una mujer muy interesante, y con muy buen criterio me dijo: búscate donde se estudie. Nunca se lo agradeceré lo suficiente porque para hacer cualquier profesión hay que formarse, saber bien las bases, técnica y conocer muy bien el cabello”.
“Yo siempre he arriesgado mucho”.
Y esa ha sido su prioridad y el motor que la ha llevado a arriesgar y no dejar de crecer con el ejemplo y formación de los mejores profesionales del momento como Luis Llongueras en Barcelona, o su querido y admirado Bruno Pittini, figura mundial de la firma francesa de peluqueria internacional Dessange, con quien compartió jornada de trabajo en New york. “Es mi vida, antes casi nunca tenía vacaciones, eran viajes profesionales que tanto me aportan y por los que he conocido a gente muy interesante”.
Y no solo profesionales han marcado su carrera. “Mi madre fue mi gran apoyo. Volví a Almadén el último curso porque mi madre enfermó de cáncer, duró tres años, pero fijate como éra que consiguió que mi hermana y yo, termináramos el curso antes de irse”.
“Sentir para hacer sentir”.
Hoy pasa por un buen momento en el que, tras 40 años de carrera, ha conseguido crear un centro en el que aunar lo mejor de sus experiencias, apoyada por un equipo de profesionales del que se siente orgullosa. “Yo siempre he tratado de crear equipos emocionales, sentir para hacer sentir, debes involucrarte con la persona que trabajas y con el resultado de lo que tú haces. Es la única manera de que se hagan bien las cosas y de que ellos disfruten con el trabajo, porque es duro, muchas horas y la gente, a veces, es poco agradecida. Tienen que sentir que han hecho una mecha bonita o al revés, la picazón de no haber conseguido lo que querían y tener motor para mañana, eso es importante para no quemarse, tener motor”.
“Me paso la vida descubriendo el pelo a la gente”
Siempre has dado una lección de estilo tanto en cabello como en la forma de vestir en una zona algo conservadora. ¿Como lo ha vivido?
En el tema del estilismo me pasa una cosa, tengo la necesidad de sentirme segura con lo que digo y hago. Cuando comencé con mi negocio, me preguntaban mucho sobre qué ponerse para esto o aquello, entonces decidí hacer asesoria de imagen, hace ya 20 años. Actualmente acabo de terminar el curso especializado en Personal Shopper de Vogue, con la finalidad de activar y actualizar todo lo que aprendí. En cuanto a mi imagen, soy mi marca porque no puedes estar vendiendo imagen, y una estética determinada y luego ir de cualquier forma, he odiado la bata siempre.
“Yo corto el pelo para que la gente no se peine”
¿Hasta qué punto es importante cuidar la imagen que ofrecéis al público?
Yo me visto para ir a trabajar por respeto a mis clientes e intento que mi equipo se arregle. Llevan uniforme como seña de identidad y para dar una imagen cuidada en el salón. Van de negro pero pueden personalizar, falda, pantalón… Es mi caballo de batalla porque los quiero ver bien, arreglados, con una imagen, eso es esencial.
¿Cual es el concepto correcto de estilismo perfecto?.
Me he movido en los foros más elevados a nivel peluquería, eso supone conocer el concepto de estilismo que no es la cabeza por un lado y el cuerpo por otro, es un complemento más, lo que importa es que el cabello se integre en el conjunto, no que sea protagonista. Ahora se prescinde mucho del pelo, y es un complemento total y absoluto par dar carácter al estilismo.
¿Compartes la idea de que la mujer a los 40 o 50 años debe cortarse la melena?
No comparto universalidades y no me gustan los dictámenes, porque son sesgados, prefiero la singularidad. Sí es cierto que sorprende ver una super melena por la espalda con la cara ajada; pero, si esa persona se corta el pelo y no se da un estilo gracioso, refrescante, es también un error. Si te cortas el pelo vale, pero córtatelo con un estilo
¿Qué hacemos con las canas, las tapamos o no?
La tendencia de naturalidad actual hay muy poca gente a la que le favorezca, porque la limpieza de las canas determina el fondo del color que se tiene, el matiz que se tiene, no es lo mismo un pelo blanco que uno gris, unos tienen una paleta fría de color y otros cálida, y el gris acentúa las arrugas. Es la ley de la colometría aplicada a la estética personal.
¿Qué consejo das a aquellas mujeres que no se atreven a vestir como realmente quieren o que se acomodan en el vaquero a diario?
La inseguridad de la imagen, no nos gusta fallar, la mayoría de la gente llevamos lo que somos, a veces no llevas, te vistes por intuición. O sea, la costumbre, de una estética asumida en el entorno en el que estás. Nadie va más allá de lo que conoce porque no buscamos, se quedan en la zona de confort, no arriesgan.
¿Te caracterizas por cortes atrevidos?
Es curioso que haya gente a la que le impone mi presencia y prefiera a uno de mis colaboradores porque cree que yo le voy a hacer lo que llevo, y nada más lejos. Me gusta la singularidad pero yo hago algo atrevido a quien lo sea, trato de conocer el gusto personal, de saber quién hay detrás de esa imagen.
¿Has pensado en expandirte a nivel nacional?
Ahora estoy centrada en un local porque mi peluquería es de autor, de un equipo muy formado que da respuestas, y eso no es una fábrica que puedas expandir. Tengo 7 personas en mi equipo, los he formado, yo cierro el salón una vez al mes y lo dedicamos a formación para que no pongan horas de su tiempo y me asegure de una formación conjunta y adecuada. Años atrás tenía otro centro y contaba con tres centros en la capital y Miguelturra.
¿Tendencia para este año?.
La tendencia actual es la naturalidad pero con la sensación de un pelo sano, eso es esencial. Hace 11 años tuve la oportunidad de llevar a mis compañeras a la Scala de Milán, allí estaba toda la sociedad milanesa, mujeres con trajes de Armani y con melenas impecables y sencillas, eso es tener clase. Melena lacia pero sin una punta abierta, color increíble, pelo flexible, brillante … Eso se consigue con un buen enfoque, apostando por tener un profesional que te ayude a enfocar tu pelo, porque estamos en la época de la inmediatez, pelo bonito ya, sin haber hecho nada, pues lo siento pero no.
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