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Viajamos a NEW ORLEANS, ciudad cargada de hitos y clichés que merece la pena conocer: Conciertos de jazz, el carnaval de Mardi Gras, el Mississippi.. son algunos de ellos

Calle de New Orleans. Foto: Raquel M.G

Dos días pateando y viviendo la ciudad, son un comienzo para captar la esencia de New Orleans. Desde su delicioso e icónico patrimonio gastronómico hasta la mejor música en vivo del país. Un desafío a propios y extraños a obtener lo más hermoso y sublime de cada día.

Una de la calles principales de New Orleans. Foto; Raquel M.G

PRIMER DÏA

Alojamiento en el hotel Windsor Court, donde disfrutar de una céntrica ubicación en la ciudad, a pocos pasos de Casino Harrah’s New Orleans y Canal Street. Además, este hotel de 5 estrellas se encuentra a 0,9 km de Jackson Square y a 1 km del National World War II Museum.

Lo bueno de sus 316 habitaciones es que te sientes como en casa: Habitación, salón, vestidor… 

Si decides comer algún día en el hotel, prueba algo de cocina americana en The Grill Room, un restaurante en el que, además, podrás contemplar las vistas al jardín. 

Habitacion del hotel Windsor Court de New Orleans

RECORRIDO POR LA CIUDAD 

New Orleans y su fascinante historia nos ofrecen un recorrido interesante. Comenzamos por el Barrio Francés, corazón y alma de la ciudad, el Mercado Francés, el elegante Garden District con su hermosa arquitectura y grandes mansiones, lugares donde se han filmado películas muy conocidas. También es digno de visitar el Lago Portchantrain y la zona donde se produjeron los mayores daños del huracán Katrina.

Llegada la hora del almuerzo, el Audubon Ballroom, de Audubon Park, es una buena elección. Un paraje junto al río que cuenta con unos 3 km. de senderos pavimentados a la sombra de los robles.

Desfile nupcial por la calles de New Orlenas. Foto: Raquel M.G

Joven con serpiente como atracción turística. Foto: Raquel M.G

Jovenes creando música en las calles de New Orleans. Foto: Raquel M.G

La tarde es buen momento para patear la ciudad sin guías ni rumbo, explorando y moviéndose por New Orleans como un vecino más.  

La cena, a bordo del Creole Queen, réplica de un barco tradicional que navega a lo largo del río Mississippi, mientras disfrutamos de magníficas vistas. A bordo, una banda de jazz que amenizará la cena de delicioso estilo criollo.

Creole Queen, embarcacion que navega por el rio Mississippi

SEGUNDO DÏA

En esta segunda jornada nos dirigimos al Territorio Cajún, a través de pantanos, bosques de cipreses y grandes plantaciones de caña de azúcar.

A bordo de embarcaciones, adaptadas para navegar por los pantanos, conocerán las historias y leyendas de los Cajún y podrán observar cimanes, mapaches, tortugas, nutrias y diferentes variedades de aves.

Embarcaciones, adaptadas para navegar por los pantanos del territorio Cajún. Foto: Raquel M.G

Hora del almuerzo en el restaurante Dickie Brennan´s Steakhouse. Este local, ubicado en el centro del Barrio Francés, ha sido regentado por la misma familia desde hace 60 años y ofrece las mejores carnes de New Orleans.

Como último destino del día, no puede faltar la visita a la famosa mansión Houmas House. Situada a orillas del río Mississippi, entre las ciudades de Nueva Orleans y Baton Rouge, Houmas House es una de las plantaciones más bellas e cónicas del sur, popularmente conocida como “Burnside Plantation”. Este histórico lugar nos llevará a revivir la vida de Lousiana en el siglo XVIII.

La cena puede ser en el restaurante que alberga la mansión. De vuelta al Hotel, sería buena idea hacer una parada en Latrobe´s On Royal, un exclusivo local donde disfrutar del afamado ambiente nocturno de la ciudad.

Mansión Houmas House. Situada a orillas del río Mississippi. Foto: Raquel M.G

Y así termina nuestro viaje a Nueva Orleans, una de las primeras metrópolis de América, crisol de culturas, cruce de caminos, y eso sigue latiendo en sus calles. Una ciudad que asume la existencia con calma y seduce creando la necesidad de conocerla.

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