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Carlos Quiralte lo tiene claro, “Ser el mejor artista del mundo” es lo que le mueve cada día para producir un trabajo multidisciplinar en su estudio ubicado hace unos años en Ciudad Real. Me recibe en plena faena rodeado de botes de pintura y lienzos a medias. “Soy un poco caótico y anárquico, es difícil que consiga acabar una cosa para empezar con algo nuevo”, asegura. Su aventura con el mundo de la creación comenzó con la música estudiando la doble especialidad de percusión y composición en el conservatorio de su ciudad natal, Córdoba. Pero su personalidad inquieta y aventurera le llevaron a experimentar con otras disciplinas que tenían mucho que ver con la creación. “A los 20 años ya vendía mis primeros cuadros”, advierte Carlos.

Las paredes fueron el soporte de sus primeras creaciones con el estilo del graffiti, más tarde pasó al estudio. “Mi tío, también pintor, me metió en su estudio y ahí es cuando entendí que podía llevar lo que hacía al taller y crear de otra forma”. Pintura, música, escritura, filosofía…son las fuentes de las que bebe para que fluya la creatividad que le permite producir cuadros sin grandes medios. “Me llama la atención el arte pobre, no es necesario contar con material específico para producir”. Su trabajo se aleja de la dinámica de mercado actual, del que no deja de estar pendiente para ver el mundo en el que vive.  “Mi trabajo es intelectual con un estilo muy americano. Es un  juego colorista que viene del fauvismo de principios del siglo pasado llevada a las técnicas que hoy se derivan del arte urbano”.

«Trabajo entre los límites de lo que se considera estético»

 

La violencia es una temática muy presente en sus obras con la intención clara de no dejarte indiferente, no se trata de consumir imágenes rápidamente. “En el mundo rápido en el que vivimos es difícil retener imágenes, lo que busco aparte de que te guste, es hacer cuadros que sean como un puñetazo en el estómago”, asegura Carlos.

 

¿Qué pretendes conseguir con tus obras?.

Que no se acabe un cuadro. No hay cosa que más coraje me dé que un cuadro se termine, que lo veas y te vayas. El arte tiene que hacer que te pares, es pedir mucho hoy en dia, estamos metidos en esa dinámica de ver  20 obras seguidas tipo instagram y no te acuerdas de ninguna. Se confunde el arte contemporáneo, no se basa en dar un solo mensaje, la idea es que entienda hoy una cosa y tengas la capacidad de llegar dos años después y entender otra diferente porque está abierto.

 

¿Cómo entiendes el arte?

Entiendo que el arte es un constante reinicio, que cada día te plantees cosas nuevas, no entiendo que el arte sea un dos más dos. Los artistas somos de los pocos que debemos cuestionarnos diariamente todo lo que hacemos y nos rodea, porque trabajamos y vivimos de eso. 

También entiendo el arte como una cosa democrática, que todo el mundo tenga acceso y capacidad de poder verlo, normalmente se queda en colecciones privadas, aunque sabes que eso es así, yo intento mostrarlo en todos los sentidos posibles, porque creo que es necesario.

 

¿Ha cambiado algo la dinámica en estos años?

Ha cambiado mucho la dinámica en el arte hoy en día, ya no se trabaja como antes que un marchante te visitaba en tu estudio Ahora tienes que ser tú mismo tu marchante, tienes que hacerlo todo, te sirves de redes como instagram para vender. El problema es que  hay mucha gente que hace arte solo para instagram, consiguen un producto artístico y lo explota hasta que revienta. Una cosa curiosa es que en otros momentos de crisis, el arte ha tenido algo que decir, y en este caso no he visto una repercusión directa, seguían haciendo lo mismo, su producto.

¿Es fácil ser artista?

¡Es una mierda!. Es una locura ser artista, para mí es lo mejor del mundo porque trabajo en lo que quiero y como quiero. El problema es que es de largo recorrido y hay muchos meses que se pasa mucho frío, pero por encima de eso yo me levanto cada día y disfruto de la libertad que te da hacer lo que quieres, es un privilegio.

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