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Con motivo de su actual exposición de escultura de la segunda mitad del siglo XX, la Fundación abre al público su jardín privado en el que expone algunas de las obras.

Vestidos de novia

Una de las salas presidida por la ‘rata’ de Katharina Fritsch 

La Fundación Juan March es conocida en el medio de la cultura por albergar en su dede interesantes exposiciones de distintos lenguajes artisticos como la escultura, protagonista de la actual muestra titulada Medio siglo de escultura (1900-1945). La idea de escala  ampliada en tiempo y en espacio centrada en la historia de la escultura contemporánea.

Haciéndose eco de algunos de los cambios más relevantes surgidos en este medio ‒la expansión de su campo tradicional, con el abandono del museo y del espacio expositivo, la conexión con la instalación, la pérdida del pedestal o la cercanía a la performance‒, la muestra se expande más allá de la sala de exposiciones, ocupando otros espacios como los jardines exteriores, las calles aledañas, y lo más novedoso hasta el momento, el acceso  a su jardín privado, en el que se expone una obra del artista colombiano Oswaldo MaciáSomething going on above my head, además de otras instalaciones pertenecientes a la colección privada que nunca habían sido expuestas en público

Exposiciones de arte

Espacio del jardin privado de la Fundación en el que se exponen algunas de la obras. 

Expansión de los límites de la escultura

 

Se trata de una escultura sonora, que se estrenó en el museo Tate Modern de Londres, que ofrece una sinfonía de 2.000 cantos de pájaros extraídos de archivos ornitológicos internacionales y bibliotecas de audio que se reproduce por altavoces estratégicamente colocados por todo el jardín.

Reputados escultores como Alberto Giacometti y Dan Graham están presente en esta muestra donde destaca la artista Katharina Fritsch, que firma la pieza más impactante por tamaño y motivo: una enorme rata de casi tres metros que aplasta a un ser humano de tamaño real que duerme en su cama.

La exposición, que opera como una lente con la que mostrar cómo la escala expandió los límites de la escultura, estará abierto al público hasta el 2 de julio.

Visita obligada si quieres conocer el jardín, ya que las fotografías están prohibidas.

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