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¿Quién no ha soñado con tener una casa de muñecas?

La casa de muñecas de Laura Fitera no lo es tanto, es más bien una continuación de su casa, un lugar donde poder seguir decorando salas con la misma exuberancia y buen gusto que en su casa. Por lo tanto, hay que considerarla como una casa de muñecas viva que va evolucionando a lo largo de los años, salvo la decoración navideña que es “in aeternum”.

Con 2,5 metros de altura se alza majestuosa como aquellas primeras casas de bebés holandesas del siglo XVII. La arquitectura, así como prácticamente todo el sinfín de detalles que engalanan la casa han sido realizados con su paciencia y creatividad. Los materiales utilizados son nobles de gran valor sentimental en el que encontraremos telas del siglo XVIII, adornos de varias partes del mundo, piezas especiales de anticuario… Una verdadera joya.

Al abrir la puerta nos encontramos un recibidor con motivos egipcios, desde vasijas funerarias, hasta estatuas y totems. Sobre la mesa al igual que en su propia habitación hay una colección de huevos y gemas, sus pedestales han sido moldeados con arcilla y pintados por ella.

En la habitación contigua está el dormitorio de las niñas, ambientada en el Arca de Noé, era un motivo decorativo muy utilizado en el siglo XIX. La habitación se llama Blanka, la abreviación de los dos nombres de sus hijas, por eso está dedicada a ellas.

Los juguetes son exactos a la realidad, una monería y lo curioso es que dentro tenga su propia casa de muñecas.

Los belenes y los árboles de Navidad los vamos a encontrar repartidos por todas las estancias como aquí lo podemos ver encima de la cómoda.

Subiendo por la escalera llegamos al descansillo del primer piso que tiene una chimenea forrada de conchas y un precioso árbol de Navidad. Las molduras y las Tres Gracias de escayola las ha hecho ella con moldes.

En esta planta la casa sufre una gran evolución en la decoración, ya estamos en el siglo XX.
Al entrar al comedor vemos la mesa preparada para Nochebuena, la vajilla es de porcelana inglesa, la cristalería es real y la cubertería de plata. De centro hay un huevo de Fabergé comprado en Rusia. Las paredes están forradas de pergamino, vanguardias del inicio del siglo XX, y cuadros que imitan aquellas tendencias. Otro árbol de Navidad viste la sala.

A la izquierda entramos en el espectacular dormitorio principal, con las paredes forradas de pan de oro, cuadros de Braque, marfiles, cristales de Murano y antigüedades.
El cabecero de la cama de rejilla es tendencia actualmente. El dormitorio también está impregnado de Navidad.

En la tercera planta hay un espacio dedicado exclusivamente a un Belén realizado por su hermana Blanca que es belenista, en el cual hallaremos toda la representación completa.

Al fondo en la chimenea está Santa Ágata de Sicilia, traída desde allí.

A continuación está la habitatación Chinoiserie o de la Novia. Laura Fitera la creo cuando se casó su hija Blanca. El espectacular vestido de novia está hecho por ella, sobre el sofá descansa la corona de novia y el ramo de flores, una rareza realizado con la sabia de las higueras de las Islas Azores. Aún estando la estancia rebosante podemos distinguir una sutíl geometría. La tarta nupcial es increible.

En el salón ruso las tapicerías son de tela de auténticos trajes de torero del siglo XIX, en los cojines del sofá podemos ver las iniciales de Laura y su marido. Sobre la chimenea descansa un belén napolitano y en la pared hay un espejo forrado por ella de conchas, es un fiel reflejo de la decoración que encontramos en su casa. El fresco pintado en el techo, las molduras y el mobiliario dan el ambiente de un salón imperial ruso.

La última planta es abuhardillada, donde está la cocina, la parte más importante y bonita de la casa. Laura la representa con mucha actividad, con el ajetreo característico de la cena de Navidad. Para mí es una de las estancias con más encanto de la casa gracias a esa cocina de carbón, el fregadero, la mesa tan rústica…, en definitiva, cada detalle.

Tanto los azulejos como el suelo ayudan a dar la apariencia de una cocina con solera.

El baño completo es de estilo inglés, realizado en porcelana en el que resaltan los dorados. La ducha es una delicadeza que incluso tiene su zona de relax con sus bombones y caramelos. Los apliques y los espejos son de un gran realismo. Las toallas tan pomposas…da ganas de disfrutar este baño.

Y por último, está la terraza-jardín que está situada en lo alto de la casa con su fuente de cerámica portuguesa, flanqueada por dos arbustos en espiral. En el centro dos sillas de playa alemanas y detrás dos tiestos de cristal que contienen las flores blancas de Fabergé. En frente la mesa de trabajo para el arreglo de sus plantas. El cuadro de mariposas y la pecera son la guinda.

Tener una casa de muñecas siempre ha sido el sueño para muchas de nosotras y Laura Fitera lo ha realizado. Una casa que te hace volar la imaginación con un trabajo minucioso lleno de detalles y muchas horas de dedicación detrás, solo una verdadera entusiasta dedica casi el mismo tiempo a la casa de muñecas como a la suya propia. La decoración es de un gusto exquisito con elementos cargados de recuerdos. En definitiva, una casa de muñecas opulenta y espectacular al igual que su casa y como no, al igual que ella.

Texto y fotografía: @maitedecor

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