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En este artículo os voy a mostrar el antes y el después de una pequeña reforma que nos aventuramos a realizar mí pareja y yo del aseo de la planta baja.

Era un cuarto de baño al uso, estándar, sin personalidad por lo que no me despertaba ningún interés. Quería algo que me recordara a esos caserones rehabilitados que mantienen la esencia de la antigua casa, y por supuesto que fuera funcional.

El primer elemento que obtuve fue la pila de latón. La encontré en un mercadillo de anticuarios dándome la idea de la reforma y a partir de ahí empecé a recopilar lo demás.

La bancada y el estante son tablones recuperados tipo traviesas restaurados por mí, que aun siendo tan grandes ocupan
poco espacio.

Las paredes las lucimos con cemento proyectado para simular una pared antigua, con las plaquetas de piedra pensé en un primer momento ponerlas en el suelo. Pero no me convenció y acabaron en las paredes dándole más fuerza a la apariencia de un aseo rehabilitado.

El suelo fue un verdadero quebradero de cabeza y al final opté por un gres, que imita unos tablones de madera, con poco mantenimiento.

Elegí un gran espejo para aumentar el efecto de amplitud y aparté la luz a un lado para evitar que se focalizara en el punto central del lavabo.

Con el grifo lo tuve claro; grande, dorado y líneas rectas para dar un toque de ruptura con el entorno.

La experiencia de diseñar y realizar la obra por nosotros mismos nos dio una gran satisfacción.

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