En las fiestas navideñas tiramos la casa por la ventana preparando sustanciosos menús llenos de delicias. Pero no es raro que nos pasemos de ambiciosos preparando aperitivos tan copiosos que por sí mismos ya serían una comida completa, empachándonos antes de tiempo.
La solución no pasa por privarse de probar los entrantes, es cuestión de moderarse y saber cuándo parar, pero la clave también está en escoger las opciones más ligeras. A continuación Álvaro nos ofrece una receta poco saciantes, deliciosa y festiva con la que disfrutar en buena compañía.
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